Bar El Comendador

El otro día oí en TV una noticia que hacia referencia a la apertura del nuevo curso Universitario y por un momento y sin querer mi mente realizo un viaje al pasado, a los años de Licenciatura. Me acorde de muchos buenos amigos y compañeros de los que veo con cierta frecuencia, de los que hace muchos años que no veo y sobre todo de los que ya no veré mas. Recordé con cariño a mis Maestros y todo lo que me enseñaron en esos años. Por un instante reviví alguno de los buenos y malos ratos que pasamos en esa bendita Facultad, pero de los ratos buenos recordé un pequeño bar que estaba en la Avenida Sánchez Pizjuán, resguardado en una esquinita y flanqueado por la librería Interamericana y la de Blanco. De frente la entrada del Instituto Anatómico de la Facultad de Medicina de Sevilla. Se llamaba "El Comendador" y era un sencillo bar por el que han pasado la mayoría de los Galenos que estudiaron su carrera desde principios de los 70 hasta mediados de los 80. 

Puerta del Instituto Anatómico
Facultad de Medicina de Sevilla
Frente al Comendador

El Comendador disponía de una breve barra sobre la cual y a modo de imagen corporativa lucia colgado un mandoble modelo "Cid Campeador" con hoja damasquinada "Made in Toledo". El aforo de dicha barra era de cinco o seis parroquianos en linea y otros tantos en sucesivas oleadas, cuestión que no planteaba ningún problema a la hora de pedir y recoger las comandas.
En un lateral un exiguo W.C. en el que habían puesto un cartel que se leía: "Prohibido correr por el interior" y aunque muy justo en sus dimensiones, cumplía sobradamente con las funciones mingitorias de los parroquianos que solían ser frecuentes debido al estimulo diurético propio de una importante ingesta de cerveza. 

En la terraza, aglomeración de taburetes de madera, sobre ellos pilas de libros y apuntes, batas blancas mal dobladas con olor a formol y barriles de cerveza vacíos que hacían las veces de mesa y en la que nos reuníamos al finalizar las clases o después de algún examen con mas o menos éxito. En la pared de la terraza un altavoz por el que Antonio te llamaba cuando estaba preparado tu condumio:....."Pepeeee....los champis"....y allá que iba Pepe por el platillo de champiñones a la plancha y de camino a repostar el "tanque" que ya se había quedado seco.
A los mandos del tirador de Cruzcampo Antonio demostrando su habilidad para llenar a mansalva los tanques de cerveza con su justa espuma y llevando una exquisita contabilidad de tiza y barra. 

La cocina consistía en una plancha con la que Encarna hacia encajes de bolillo y se las componía para dar suministro a tremenda tropa, a veces....muchas veces con mas hambre que aquel que se perdió en la isla.

Carta de lo mas variopinta: lomito plancha, chipirón plancha, perritos calientes, hamburguesas con y sin huevo frito.....tambien a la plancha, champiñón plancha, una buena tapa de menudo o un buen potaje, pero eso si precocinado y calentado en una olla sobre la plancha, tortillas variadas pero con especialidad en "Tortilla de Escombros"  que era una tortilla a base de taquitos de jamón  chorizo, queso, champiñón, cebolla, pimiento,.......y que hoy es novedad en un conocido bar de Chipiona que las ha vuelto a poner de moda aunque yo las conozco desde 1973, año que visite por primera vez la Facultad de Medicina aunque mis estudios comenzaron dos años mas tarde. De montaditos y esas cosas también amplia variedad: de roque, de jamón, de jamón y roque, de sobrasada.......y el de pringá que era el mas solicitado. En cuestion de tapas frías disponían de una magnifica ensaladilla rusa, buenas conservas de melva canutera, queso, salchichón  chorizo.......pero la estrella era el "Cabapim" que consistía en un panecillo en cuyo interior ponían caballa y pimiento morrón, todo en importantes proporciones y de ahí el nombre Cabapim (caballa&pimiento). Para picar chochos, aceitunas y en verano caracoles.
Creo recordar que Antonio falleció mediados los 80 y Encarna con su hijo mayor estuvieron regentando el negocio unos años mas hasta que se trasladaron a un local muy cerca de la Facultad en el núcleo residencial Macarena Tres Huertas y donde estuve un día tomando algo y saludando a la familia. No he vuelto a regresar por allí y no se si el negocio sigue funcionando o no pero espero que estén todos y que estén bien.