A la vez tostábamos medias teleras de pan asentado del día anterior, cortadas en dos redondeles, con unos cortes de navaja a lo largo y pinchadas en unos palitos al calor de las brasas. Una vez tostado el pan, restregamos los ajos asados en el mismo, añadimos aceite de oliva del que se cuaja con el frío y pusimos una sardina asada encima.
Comenzamos a comer acompañados de aceitunas aliñas y en todo momento de buen vino "cooperativo". De postre unas naranjas. La sobremesa al calor de la hoguera con una buena charla, algún que otro arranque por "Huelva" y una copa de aguardiente con agua fresca.
Aquel día de invierno en la Marisma hacia mucho frío y estaba muy nublado. Era el día perfecto.
Aquel día de invierno en la Marisma hacia mucho frío y estaba muy nublado. Era el día perfecto.
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