Faro de Chipiona |
Dejando atrás el silo del Cuervo y ya en Jerez te dirigías por la carretera de Sanlucar de Barrameda hacia Chipiona, siempre escrutando a lo lejos hasta vislumbrar la silueta del faro momento en el que alguien cantaba eso de…..! el faro de Chipiona lo van a poner mas alto…../…..pa que alumbre la mar y no se pierdan los barcos ¡ y así ya sabias que estabas llegando a este bello pueblo donde los panderos vuelan sobre los corrales de piedra ostionera, donde hay mas yodo que en ningún otro sitio y en la playa hay casetas pintadas a rayas, unas de verde y blanco y otras de rojo y blanco.....pura competición Sevilla-Betis en las arenas del estadio de la playa de Regla.
Eran los años de la discoteca "Las Lanzas" frente a los piso de Rojas, donde todas las noches sonaba el "Satisfaction" de los Rollings Stones. Años de enormes coches americanos rodando por las calles del pueblo y de las primeras latas de Coca Cola procedentes de la base de Rota donde repostaban los descomunales portaaviones y descansaban los soldados.....algunos procedentes de Viet-Nam.
Años en los que no podías ir sin camiseta por el pueblo sin arriesgarte a una multa del primer "guripa" que te cruzabas. Años en los que los camaleones no estaban protegidos y te los vendían en los aledaños del mercado de abastos junto a peces de colores en bolsas de plástico llenas de agua. Años de largas tardes de pesca con muergo desde el muro de el Faro.
Años de misteriosas escapadas a Marielo y al bunker de la playa. Años de películas por la noche en el Gran Cinema, por supuesto con entrada de general pues en preferente costaba algo mas y no te quedaba para higos chumbos, chochos (altramuces) y pipas recién tostadas en el mismo carro.
Años en los que pululaban por la playa unos personajes de tez y brazos bronceados, vestidos de impecable blanco, con gorro a juego, mandil impoluto, sandalias cangrejeras y canasto en ristre con sus ordenados paquetes de papel encerado rellenos de papas de fino corte, de fritura exacta y de perfecto punto de sal. Los marisqueros, de igual vestimenta portaban en sus canastos camarones recién cocidos y cangrejos moros tapados con un humedo paño blanco. Conocían a todo quisque y caminaban diariamente sin descanso desde la piedra de la pistola hasta las piedras del Santuario de Regla pregonando su exquisito genero. Junto a ellos el vendedor de helados de la Ibense Bornay....."cucuruchos, helados al corte, pochicles, napolitanos, polos de nieve" y por supuesto el de los refrescos....."cervecita fría, Mirindas de naranja y de limón". Toda una verdadera intendencia playera y como por aquel entonces yo era estudiante.....pues nada..... !Gloria bendita y alegría de veranitos¡.
De impresión la semblanza de la Chipiona de los sesenta, el ambiente y el paisaje descritos con ternura pero con la acidez implícita de ser consciente de que fueron años más apretaos que los pelos del culo. Pero hablas de Chipiona y podrías estar hablando de la Punta Umbría de entonces, ay, tan distinta a esto que han hecho los ángeles de las finanzas y la construcción, entiéndase políticos corruptos y sus socios. Un abrazo.
ResponderEliminarEfectivamente Bernardo así fueron esos años....fueron veraneos en blanco y negro.
ResponderEliminarUn abrazo.-