A mi como mejor me sabe una sardina es en la playa con los amiguetes, con un buen lebrillo de sangría por medio y asando sardinas en espetos o en una parrilla.....esto es lo mejor pero se puede dar el caso de que no estemos en la playa o que no disponemos de una brasa en condiciones para asar sardinas como Dios manda.....en estos casos podemos recurrir a asarlas en la plancha de la cocina de casa, método que no recomiendo pues corremos el riesgo de atufar toda la casa con una intensa y duradera fragancia de parrocha asada. En estos casos y para evitar los acontecimientos anteriormente descritos yo aconsejo utilizar el método de empaquetarlas y hacerlas en el horno de la siguiente manera:
Poner las sardinas frescas en un papel de aluminio, en una sola capa y colocando una en una dirección y la siguiente a la contraria (dibujo). Sazonar con sal gorda cada sardina y añadir un poco de aceite de oliva por encima. Envolver las sardinas con el papel aluminio (hacer como un paquete) e introducir en la bandeja de el horno precalentado a 220ºC de 5 a 10 minutos dependiendo del tamaño de la sardina. Abrir el paquete con cuidado de no quemarnos (ojo que puede salir vapor) y servir acompañadas de un buen asadillo de pimientos, pan que no falte y una fresca jarra de tinto de verano.