Hasta que llegaron las hamburguesas, las patatas de plástico y otros condumios de novedosos y estudiados diseños, en Sevilla de toda la vida de Dios ha sido costumbre muy extendida el degustar estos pequeños cefalópodos cocinados de múltiples formas. No había bar, tasca o restaurante que se preciase y que no contase en su lista de tapas y platos con el apreciadísimo "chipi" a la plancha, rellenos, en su tinta y encebollados que es como los voy a preparar hoy.
En primer lugar, limpiar bien los chipirones de tripas, tintas y plumas; dar la vuelta al bicho, meter los tentáculos dentro de su correspondiente chipirón, salar y marcarlos en una plancha bien caliente. Reservar.
En una cazuela de barro refreír cebolla cortada en juliana, a fuego lento y con buen aceite de oliva. Continuar con mucha paciencia hasta que la cebolla quede pochada y con todos sus azucares extraídos. A continuación añadir los chipirones a la cazuela junto a un vasito de vino oloroso o amontillado y una pizca de pimienta negra molida. Remover un poco y dejar la cazuela tapada a fuego medio durante unos 15-20 minutos moviendo de cuando en cuando. Dejar reposar los chipirones 10-15 minutos y servir.
En una cazuela de barro refreír cebolla cortada en juliana, a fuego lento y con buen aceite de oliva. Continuar con mucha paciencia hasta que la cebolla quede pochada y con todos sus azucares extraídos. A continuación añadir los chipirones a la cazuela junto a un vasito de vino oloroso o amontillado y una pizca de pimienta negra molida. Remover un poco y dejar la cazuela tapada a fuego medio durante unos 15-20 minutos moviendo de cuando en cuando. Dejar reposar los chipirones 10-15 minutos y servir.
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