Estepona vista desde la Escollera. Agosto 1972 |
El ambiente de la Escollera estaba siempre inundado de vapores etílicos, de olor a café negro y de humo de cigarrillos Ingleses de contrabando que eran compañeros inseparables de intensas madrugadas marineras llenas de anécdotas y de porfías sobre el mercadeo de la pesqueria; noches con sonidos de motores lejanos y de barcos abarloados en el muelle de una Lonja repleta de rebosantes y brillantes cajas de sardinas, Lonja a la que yo me acercaba buscando cebo para intentar pescar en la escollera algún róbalo con las primeras luces del día.
La Escollera tenia detrás un cañizo que daba a una pequeña playa que se formaba detrás del espigón y donde a medio día te tomabas tu cañita con un buen plato de raya aliña, de bienmesabe, de abadejo frito o de pulpo aliñado de una forma distinta: sin usar tomates, ni pimientos, ni vinagre:
Para ello lo primero es localizar un pulpo tirando a grande. Si el octópodo es fresco: limpiarlo y congelarlo un par de dias para aplacar un poco la firmeza de sus carnes, pero si ya esta congelado......pues nada. Hervirlo entero en una olla acorde con el animalito durante una hora (en olla expres 15-20 minutos). Una vez cocido y en caliente limpiar bien de pellejos y ventosas bajo el grifo hasta que quede blanco.
Una vez frío, trocearlo y mezclar con un buen picadillo de cebolletas frescas, sal, aceite de oliva, zumo de limón y perejil fresco picado. Mezclar bien y dejar reposar en la nevera un buen rato.
Y de esta forma y manera se hace el "Pulpo a la Escollera".
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