13 de agosto de 2012

Chirlas Salteadas

Primero lava las chirlas bien, pues aunque vengan depuradas yo aconsejo dejarlas un buen rato en agua con sal y enjuagar con agua limpia antes de proceder a su salteado. 
En una cazuela grande de barro y junto a una o dos guindillas sin semillas, se refríen a fuego lento unos ajos picados (cantidades sin miedo). Una vez estén dorados pero no achicharrados, añadir las chirlas (no en grandes cantidades) con una pizca de sal gorda. Remover y añadir un vasito de vino blanco y perejil picado, tapar a fuego fuerte, ir moviendo la cazuela y apartar justo cuando las chirlas se abran. Hay quien las va apartando a medida que se abren, pero como dije al principio yo recomiendo utilizar una cazuela grande para que no estén amontonadas y se hagan todas a la vez. Finalmente, regar  todo con un chorreón de limón, servir en la misma cazuela y muy importante; poner bastante pan en la mesa para hacer los correspondientes barquitos.
Las chirlas de esta guisa me gusta tomarlas siempre que paso por "El castillo de la Duquesa" (Manilva), en cualquiera de los restaurantes o chiringuitos que hay por las proximidades de la playa y que ademas te ofrecen una gran variedad de pescados y mariscos de la zona: salmonetes, chopitos, espetos de sardinas, frituras variadas, conchas finas, corrucos, cigalas....... y por supuesto las susodichas chirlas salteadas que no se porque aquí tienen un sabor especial y un bicho tela de gordo. Posiblemente no sean  chirlas Italianas sino autóctonas. 
En Málaga a las chirlas salteadas le llaman "Chupitiras", incluso existe un barrio en la ciudad que le dicen de "Los Chupitiras". La palabreja viene como os podéis imaginar de la acción de  chupar y tirar.
Un consejo: para conservar los bivalvos en buen estado de lozanía hay que tenerlas en una red, pero si no tenemos red que es lo habitual, se puede utilizar un calcetín "limpio" humedecido. Lo llenas de chirlas o de las almejas que sean, las aprietas le haces un nudo y las dejas en un plato en el bajo de la nevera. Duran un par de días vivas y aptas para su consumo.



3 comentarios:

  1. Lo del calcetín me ha llegado al alma. No suelo poner sal a los bivalvos, pero ya veo que tienes como objetivo el mojar pan en lo que queda tras la desaparición de las chirlas, que se comen, como seguro sabes, mirando la siguiente que vas a coger. No es por avaricia, sino porque se comen calentitas pues frían pierden un montón. Las chirlas las hago de forma parecida, pero echando un par de dientes de ajo enteros, sin pelar pero con un golpe dado. El perejil va en rama, sin trocear, y el vino suficiente para que se forme esa salsita que tanto adoramos. En cambio las coquinas van sin nada, al vapor. Me gusta el sabor tan delicado a mar que tienen. Saludos Pincho, y gracias por la entrada.

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  2. La verdad es que hay que tener cuidado con la sal pues ya ellas vienen saladitas de por si pero una pizca si me gusta. Aunque desconozco el motivo el ajo entero y machacado aporta mucho mas sabor que picado, lo suelo emplear cuando hago pollo al ajillo o cualquier otro guiso de carne.
    Igualmente gracias por los consejos.

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  3. Pues no lo había pensado pero es verdad. El ajo entero y con su golpe dado, da más sabor. Será que desprende más sustancias por el espachurrón que si lo cortas. En fin, cosas veredes amigo Pincho...

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