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Mi primer vehículo de dos ruedas fue una bicicleta BH plegable. Corrían los primeros años de 1960 y con ella me inicie en el mundo de las dos ruedas, claro esta al principio con ayuda de unos apliques con ruedecitas que se ponían en la rueda de atrás hasta que un buen día mi padre me dijo: "tu tranquilo que yo te sujeto"..........pero en un momento dado el te soltaba y cuando te dabas cuenta de que no ibas sujeto, se acabo el equilibrio y !Plafff¡ al suelo y así hasta que a base de castañazos y mucho mercuriocromo aprendías a conducir tu maquina.
Recuerdo que por aquellos años yo veraneaba en Chipiona donde nos juntábamos autenticas pandillas de ciclistas al mas puro estilo "Ángeles del Infierno" aunque nosotros nos quedábamos en "Angelitos del Purgatorio". En aquella época, salvo las bicicletas de carrera, todas iban a "piñón fijo"; nada de cambios Shimano, nada de dos platos y múltiples piñones.....las cuesta se subían a base de ganas y pedales. Las marcas mas populares eran Orbea, GAC y BH amen de algunos niños americanos, hijos de los militares de la base de Rota que llevaban unas bicis alucinantes con falso deposito de gasolina imitación moto, flecos en los manillares y lo que mas me llamaba la atención es que los frenos no estaban en el manillar como Dios manda sino que se accionaban dándole a los pedales para atrás, todo un hito tecnológico para mi. Con estos niños era interesante hacer amistad porque ademas de aprender a decir "Okei", ellos siempre tenían canicas de porcelana, chicles raros, CoCa Cola, el primer Seven Up que vi en mi vida y otros artículos que en la España de la época eran raros de ver. Todavía me veo echando carreras por la avenida de Regla, haciendo cicli-cross por los arenales junto a los pisos de Rojas y diciendo aquello de: "La BH es muy buena para los baches y la Orbea no te veas."