La primera vez que estuve en las Alpujarras fue en el verano de 1.968 por la zona del Mulhacen. Durante 15 fabulosos días, recorrí a pie toda la zona, acampando donde me pillaba, llegando a hacer noche en antiguos corrales de piedra para ganado y refugios de pastores que por allí se encuentran.
Ese verano aprendí lo que es la montaña, lo que es buscarse la vida en la naturaleza y por supuesto a cocinar en el campo con pocos utensilios y a candela.
Una de las recetas que aprendí fueron unas magnificas "Papas al estilo Alpujarreño" y que hacíamos a menudo, pues ademas de ser una comida bastante energética, era fácil de elaborar, de ingredientes sencillos y asequible a la economía de por aquel entonces; consistía en lo siguiente:
Se cortan unas papas a rodajas gruesas (estilo panaderas) y se incorporan a una sartén con un dedo de aceite de oliva virgen y su sal correspondiente. Encima de las papas ponemos cebolla cortada en juliana, unas tiras de pimientos verdes y unos cuantos dientes de ajos a los que les hemos dado un buen leñazo, de forma que queden algo "espachurrados".
Se tapa la sartén, se pone al fuego, se mueve de vez en vez y cuando las papas estén entre fritas y tiernas, en ese momento los pimientos y la cebollas estarán a punto.
Se apartan las papas y se acompañan de morcillas y chorizos fritos, así como de huevos fritos en proporción de un par de ellos por cabeza. Justo en ese momento ya debe estar preparado el pan para que nos ayude con los huevos y un buen tinto para que nos socorra en este lance.
Como anécdota curiosa, comentare que en una de nuestras marchas, a varias horas de camino desde Trevélez, en la falda del Mulhacen, en un lugar llamado "El Goteron", encontramos el sitio donde un avión Douglas DC-6 se estrello cuatro años antes (el 2 de Octubre de 1964), cuando volaba de Palma de Mallorca a Port Etienne (Mauritania) y donde fallecieron 80 personas. Aun se podían ver algunos restos del fuselaje.
No hace mucho, tuve la suerte de comprobar que todo seguía en su sitio. El cristalino río con sus acequias de riego, las inmensas choperas, las veredas, Siete Lagunas y el camino con su viejo puente de piedra. Ese año volví a recorrer casi todos los sitios por los que había estado casi cuarenta años antes y parecía que el tiempo se había detenido en ese bello paraje.
Tan solo una pequeña diferencia; esta vez las Papas Alpujarreñas las prepararon y me las pusieron por delante, en un restaurante de Trevélez, por supuesto previo plato de "jamón de allí mismo".
Ese verano aprendí lo que es la montaña, lo que es buscarse la vida en la naturaleza y por supuesto a cocinar en el campo con pocos utensilios y a candela.
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Acampada a los pies del Mulhacen. Verano de 1968 |
Se cortan unas papas a rodajas gruesas (estilo panaderas) y se incorporan a una sartén con un dedo de aceite de oliva virgen y su sal correspondiente. Encima de las papas ponemos cebolla cortada en juliana, unas tiras de pimientos verdes y unos cuantos dientes de ajos a los que les hemos dado un buen leñazo, de forma que queden algo "espachurrados".
Se tapa la sartén, se pone al fuego, se mueve de vez en vez y cuando las papas estén entre fritas y tiernas, en ese momento los pimientos y la cebollas estarán a punto.
Se apartan las papas y se acompañan de morcillas y chorizos fritos, así como de huevos fritos en proporción de un par de ellos por cabeza. Justo en ese momento ya debe estar preparado el pan para que nos ayude con los huevos y un buen tinto para que nos socorra en este lance.
Como anécdota curiosa, comentare que en una de nuestras marchas, a varias horas de camino desde Trevélez, en la falda del Mulhacen, en un lugar llamado "El Goteron", encontramos el sitio donde un avión Douglas DC-6 se estrello cuatro años antes (el 2 de Octubre de 1964), cuando volaba de Palma de Mallorca a Port Etienne (Mauritania) y donde fallecieron 80 personas. Aun se podían ver algunos restos del fuselaje.
No hace mucho, tuve la suerte de comprobar que todo seguía en su sitio. El cristalino río con sus acequias de riego, las inmensas choperas, las veredas, Siete Lagunas y el camino con su viejo puente de piedra. Ese año volví a recorrer casi todos los sitios por los que había estado casi cuarenta años antes y parecía que el tiempo se había detenido en ese bello paraje.
Tan solo una pequeña diferencia; esta vez las Papas Alpujarreñas las prepararon y me las pusieron por delante, en un restaurante de Trevélez, por supuesto previo plato de "jamón de allí mismo".